sábado, 26 de enero de 2013

La manipulación artificial del medio ambiente es una realidad indudable

Cubierta del tratado de la ONU

El 27 de octubre de 1978 se firmó en la ONU el tratado de "Convención de Prohibición del Uso Militar o u Otro Uso Hostil de las Técnicas de Modificación del Medio Ambiente". ¿Por qué se haría un tratado sobre un asunto del que tanta gente niega su existencia? Porque es real, porque los estados avanzados, y grandes corporaciones, tenían hace tiempo el conocimiento de la modificación del tiempo atmosférico, e incluso de la creación artificial de tsunamis y terremotos, tal como hace poco se publicó en un diario británico las evidencias de las investigaciones conjuntas durante la segunda guerra mundial de EEUU y Nueva Zelanda para crear tsunamis. También, recordemos la presentación de un periodista japonés que afirma que el terremoto, tsunami y posterior destrucción de Japón el pasado 11 de marzo de 2011 fue provocado.

Además, el científico Nikola Tesla había dado grandes pasos en el campo de la modificación del tiempo atmosférico hace más de 100 años, investigaciones que se usan actualmente de modo práctico en las centrales HAARP distribuidas por todo el mundo.

Basicamente, el poder de este conocimiento permite crear artificialmente terremotos, huracanes/tifones, inundaciones y sequía. Por supuesto, es una tecnología negada oficialmente por las autoridades, pero su uso constante nos muestra que su poder es enorme. Es una de las formas de guerra más indiscriminadas que existen, y causan cada año miles de muertos alrededor del mundo.

La forma más común actualmente de uso militar de esta tecnología es crear una catástrofe "natural" para desestabilizar un país, ofrecer "ayuda" con ONG's y acabar controlándolo: justo como pasó en Haití, por ejemplo.

También, las grandes corporaciones suelen hacer uso de esta tecnología para su propio beneficio. Un ejemplo es el uso de fumigación química en una zona para destruir las cosechas de los pequeños agricultores, arruinarlos y quedarse con sus propiedades para monopolizar y controlar los medios de producción agrícola. En el siguiente documental (subtitulado) sobre las estelas químicas o chemtrails, se explica justo esta situación:


Pero la cosa no acaba en el beneficio militar o económico, puesto que el uso del conocimiento de la manipulación medioambiental también tiene objetivos más siniestros: el control de la población.

Por supuesto, la élite globalista fomentaba la eugenesia sin tapujos desde el siglo XIX, apoyados en la teoría de la evolución de Darwin, pero a partir del desastre de la Segunda Guerra Mundial, en la que el régimen nazi llevó la eliminación étnica a niveles nunca imaginados, los planes eugenésicos cambiaron su nombre por el de "planificación familiar". Sin embargo, el uso de campañas vacunatorias para esterilizar la población pobre del mundo no ha dado el uso esperado, y han añadido la táctica silenciosa de la propagación de elementos químicos en el aire que respiramos. La siguiente presentación, en inglés, trata justo de cómo esos elementos químicos dispersados en el aire alteran nuestra salud:


Pero la propaganda es muy fuerte, por supuesto, y la explicación oficial a las estelas químicas, que casi cada día son fumigadas sobre nuestras cabezas, es que son "estelas de condensación inusuales", como explica esta página de la NASA.  Aunque, por otra parte, la propia NASA está oficialmente lanzando cohetes a las partes altas de la atmósfera para crear nubes artificiales para "estudiar su comportamiento", tal como se anunció en el proyecto ATREX.

También, se han hecho otros usos "más lúdicos" de la modificación del tiempo atomsférico, como cuando China se encargó de que no lloviera durante sus últimos Juegos Olímpicos.

Sin apartarnos de los usos científicos al conocimiento de la modificación del tiempo atmosférico, no podemos dejar de lado la geoingeniería, o teoría que aborada el cambio climático formulando técnicas especialmente desarrolladas para influenciar el clima terrestre. Sobre este tema hay muchas patentes, como ésta que trata sobre "El control del tiempo atmosférico por medios artificiales" de  Heinz W. Kasemir.

Es decir, que los chemtrails también entran en el campo de la "lucha contra el cambio climático", un cambio climático difundido desinformativamente para conseguir unos objetivos nada claros, posiblemente en la línea de los que he mencionado anteriormente. En este otro vídeo, también en inglés,  se analiza este cambio climático desde otro punto de vista, y afirma que la geoingeniería de los chemtrails puede traernos resultados no esperados a la larga:


En definitiva, la tecnología para la manipulación artificial del medio ambiente es muy real, y lleva haciéndose durante décadas de forma silenciosa por parte de gobiernos y grandes corporaciones. Sin embargo, sus usos y objetivos, al ser un tema considerado como sensible, son opacos y no podemos en este momento más que especular sobre ellos, aunque las evidencias y experiencias de miles de personas en todo el mundo muestran que posiblemente no estemos desencaminados en las conclusiones.

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